El punto D.

-Maestro, ¿cuál es el punto G de los hombres? - La vista... respondió el Guru. - ¿Y el de las mujeres? - El oído... Pero deben saber algo, hay un punto D. ¿Y cuál es ese punto, preguntaron los discípulos? - El punto divino que se activa cuando la pareja no necesita un paisaje desnudo para excitar sus ojos, o un maravilloso poema para excitar sus oídos... Es un punto que vive en calma, la calma de los que saben amar en otra frecuencia, con una maestria superlativa... El punto D es para los Maestros de alcoba, que saben mantener el fuego encendido por días, porque sus ojos no ven cuerpos, sino átomos del Divino en cada mujer, y las mujeres no escuchan poemas, sino las inspiraciones que llevaron al poema a hacerse carne...

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