EL LIBRO DE GLORIA FUERTES PARA NIÑAS Y NIÑOS.
Queridos maestros:
Hoy os escribo a vosotros en vez de a los niños porque tenéis línea directa con ellos. Necesito recordaros una cosa que seguro que ya sabéis.
Todos los niños son poetas mientras conservan sus dientes de leche. Luego crecen y se hacen ingenieros, militares, políticos… y se les pasa la poesía (a algunos no se nos pasa). Las niñas y los niños son anti-ñoños, anti-cursis y anti-adultos, así deben ser. Son criaturas sensibles e inteligentísimas. Desde que nacen están preparados para entender la belleza. De nosotros depende que no se les pase nunca, que jamás se atrofie su niñez, que sigan siendo un poco niños.
Por eso es muy importante que les leáis poemas a las niñas y a los niños.
Necesitamos que imaginen montañas, ríos, pelícanos, besos y abrazos flotando en el aire. Que crezcan imaginando. En todo lo que yo escribo hay un 30% de enseñanza y un 70% de juego. En mi opinión esa es la fórmula perfecta para llegar a los niños.
Si tenemos 20 chavales y conseguimos que a 5 les siga gustando la poesía cuando se hagan mayores, habremos triunfado. Paciencia y entusiasmo. Procuro que haya en mis cuentos un elemento pedagógico. A veces algo de historia natural y de ética, también de filosofía. Pero sin que lo perciban los más pequeños (para que no se espanten). Intento que se note no en directo pero sí en sentimiento. La historia natural se refleja en que casi todos los protagonistas de mis versos y mis cuentos son animalitos. La ética se refleja en que los animalitos intentas ser buenos casi siempre. Y la filosofía en que a menudo se plantean cuestiones profundas (aunque parezcan livianas).
Cuando yo era niña no existía la literatura infantil en las escuelas. Leíamos relatos de urbanidad y vidas de santos, que a mí al menos me dejaban triste. Fuera de la escuela, en algunas papelerías se podían comprar a cinco céntimos los cuentos de Calleja, que me gustaban por el chiste final que llevaban (entonces se llamaban “chascarrillos”). Cuando mi madre me pillaba leyendo, me pegaba. Tenemos que acercar los libros a los niños, haciéndoselo fácil.
Decidles que en otros juegos se puede ganar o perder, pero que jugando a leer no se pierde nunca. Desde los cinco años hasta los noventa, quien juega a leer gana siempre.
Hoy no os traigo ningún poema. La poesía está en vuestras manos. El tema ya os lo he dado. El verso está en vuestra voz.
Vuestros alumnos esperan.
Fdo. Gloria Fuertes
Ilustración (con fines representativos) de Lisa Aisato
💞💞💞💞💞💞🌻🌻🐝
ResponderEliminar