Madre Teresa de Calcuta, ángel del infierno
La Madre Teresa de Calcuta es una mujer admirada por multitud de personas hasta nuestros días, incluso por algunos que se declaran ateos. Madre Teresa de Calcuta o Beata Teresa de Calcuta, fue una religiosa seguidora del catolicismo proveniente de una etnia de Albania, nacida en el Imperio Otomano, en la capital de la actual República de Macedonia y naturalizada india, beatificada por la Iglesia Católica en 2003.
Muchos la consideran la misionera por excelencia del siglo XX, como fundadora de la congregación “Misionarias de la Caridad” llegó a conocerse en vida con el apodo de “Santa de la Alcantarilla”.
Pero, desde el punto de vista de otras personas, existe un lado de la Madre que muy pocos conocen. En el artículo de hoy podremos apreciar algunas investigaciones e incluso un documental donde se afirma que la Madre Teresa sirvió más a los propósitos de lucro de la iglesia que a la necesidad de los enfermos y desamparados.
La cara oculta de la Madre Teresa de Calcuta.
En vida recibió donaciones equivalentes a decenas de millones de dólares para sus hospitales – a los que solía llamar “casas para enfermos” –, pero según consta en multitud de denuncias, la mayor parte de estas donaciones iban a parar al Vaticano, dejando a los enfermos en condiciones deplorables, sin medicamentos ni cuidados. Un estudio de la Universidad de Montreal, en Canadá, escribió un nuevo capítulo sobre esta mujer.
Los médicos clasificaron a estos sitios como “casas de la muerte” o “morgues”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió denuncias de que estos lugares eran puntos fértiles para las epidemias. Una ex voluntaria llegó a relatar que hacían falta hasta las aspirinas para hacer un poco más soportable el dolor de los enfermos.
Estas son algunas de las revelaciones que se hacen en el estudio “Les côtés ténébreux de Mère Teresa” (El lado oscuro de la Madre Teresa, en traducción libre) conducido por Genevieve Chenard, Serge Larivee y Carole Senechal de la Universidad de Montreal.
En 1979 se le otorgó el premio Nobel de la Paz y en 2003 la iglesia católica inició el proceso de beatificación. Para ese entonces la misionaria ya se había convertido en todo un símbolo de la caridad cristiana.
Pero, después que los investigadores canadienses examinaron más de 500 documentos, constataron que los alegatos de altruismo y generosidad de la Madre Teresa no eran más que pura fantasía vendida como verdad por la prensa internacional.
Con estricto rigor, su personalidad fue “inventada” por Malcolm Muggeridge, un periodista de la BBC que en el año de 1969 la enalteció en el documental “Something Beautiful for God”, donde presentó al mundo la imagen de una mujer frágil y misionera que dedicaba su vida a los pobres enfermos en la India. En 1971, el periodista se colgó de la popularidad del documental y publicó un libro con el mismo título.
La misionaria llegó a abrir cientos de “casas para enfermos” en diversas naciones, pero de ninguna forma podían equipararse a los hospitales, pues algunos enfermos eran dejados en agonía sobre esteras en el suelo. La prensa publicó las fotos de estos enfermos y el hecho ayudó a que Teresa recaudara millones, incluso dinero proveniente de dictadores despiadados como François “Papa Doc” Duvalier, de Haití.
Serge Larivee cree que la Madre Teresa puso en práctica sus convicciones sobre el sufrimiento humano como un medio para llegar a la salvación. La mujer creía que aquellos que más sufren están más cerca del cielo y de Cristo.
Christopher Hitchens, un periodista inglés que radicaba en los Estados Unidos, ya había denunciado el fraude que representaba Teresa cuando publicó su libro “The Missionary Position: Mother Teresa in Theory and Practice” (1995).
En un párrafo del libro es posible leer: “Tenga en cuenta que las cifras globales de la Madre Teresa son más que suficientes para equipar varias clínicas de primera clase en Bengala. La decisión de no hacerlo […] es intencional. El asunto no es el honesto alivio del sufrimiento, sino la promulgación de un culto basado en la muerte, el sufrimiento y el sometimiento”.
En aquella época, Christopher Hitchens fue “crucificado” entre la comunidad católica por haber criticado a la “Santa”.
Un dato poco conocido en la historia es que la misionaria ayudó a un sacerdote pedófilo, el exjesuita Donald McGuire. En 1993 el sacerdote, que era un amigo de Teresa, fue cesado de actividades eclesiásticas por haber abusado de un niño. La misionaria utilizó sus influencias para que McGuire fuera restituido en el cargo. Años después, aparecieron nuevamente las quejas de pedofilia sobre McGuire por fieles de la iglesia y las propias autoridades. McGuire finalmente terminó siendo condenado a 25 años de prisión.
El siguiente es el documental “Hell’s Angel” (1994) de Christopher Hitchens que terminó inspirando al libro.
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