Las bebidas favoritas de escritores célebres


bebidas favoritas de escritores

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Los escritores son esos seres maravillosos que hacen desfilar su imaginación por las hojas de un libro. Esos que dan vida a personajes clavados en nuestra memoria. Esos que en ocasiones tuvieron vidas tan agitadas como sus bebidas favoritas. Existen muchos ejemplos. Jack Kerouac y sus viajes vertiginosas bourbon en mano por el Estados Unidos profundo. Charles Bukowski y su prosa sucia unida inefablemente a una lata de cerveza.
El alcohol es un elemento más en el imaginario de muchos autores célebres. En ocasiones atrapados en una botella y otras fascinados por el líquido que se convierte en fuente de inspiración. Hoy te contamos los hábitos alcohólicos de algunos escritores célebres y sus tragos favoritos.

Ernest Hemingway

El escritor era conocido por muchas cosas, pero en esta ocasión vamos a centrarnos en sus hábitos de consumo de alcohol en vez de en sus célebres peleas con otros autores de renombre.
Hemingway era un habitual de bares, tabernas, cafés y cualquier lugar que sirviese una copa entre las 12 de la mañana y las 11.59 del día siguiente. El autor fue además un férreo defensor de la absenta, la bebida espirituosa de color verde con base de ajenjo y otras hierbas. El licor tiene un compuesto químico llamado tuyona que, se piensa, puede inducir a alucinaciones a quien lo consume en altas dosis.
Para Hemingway la mezcla perfecta es la denominada Muerte en la tarde que consiste en una base de absenta y champagne helado. Con tres o cinco tragos uno alcanza la consistencia etílica suficiente para el resto del día.

William Faulkner

En una ocasión Faulkner dijo que no hay nada peor que un whisky malo. Esta cita es especialmente apropiada para el maestro del gótico sureño, pues en su obra el bourbon fluye tan libre como el río Mississippi.
Faulkner se instauró como un defensor de las bebidas fuertes, de hecho, admitió que le gustaba escribir de noche con un whisky cerca para que las historias surgiesen con mayor celeridad. El autor tenía su cóctel perfecto para acompañar la bebida: la menta.
Incluso, en su casa se conserva la receta personal que consistía en whisky, azúcar, hielo y menta. Sencillo y delicioso.

Scott Fitzgerald

Es lógico pensar que el hombre que regaló al resto de mortales las estridentes fiestas de El Gran Gatsby debía entender un poco acerca de salidas nocturnas. Fitzgerald y su esposa eran conocidos por ser dos personajes habituales de la noche neoyorquina. Incluso Hemingway llegó a decir que su mujer era una mala influencia porque lo hacía beber demasiado. Sí, HEMINGWAY.
El autor solía beber Gin Rickey, un cóctel que se sirve en vaso alto y generó furor durante la década de los años veinte del siglo pasado. Por supuesto, está incluído en el capítulo 7 de El Gran Gatsby. 

Dylan Thomas

18 vasos de whisky. La leyenda dice que Thomas murió tras volver del White Horse Tavern y decir: «He tomado 18 vasos de whisky… Creo que esto es un récord».
Pero no fue el alcohol la principal causa de su muerte. Ya en su hotel, despertó con complicaciones respiratorias y el médico le suministró morfina. Con esa medicación, el poeta quedó en coma y su diagnóstico post mortem indicó que la principal causa de su muerte fue una neumonía y un daño cerebral provocado por la dosis de morfina suministrada.
El alcohol fue para Thomas una forma de paliar el dolor, el poeta confesó en una ocasión «Mi poesía es el testimonio de mi lucha individual contra la oscuridad en busca de una porción de luz».

Hunter S. Thompson

El padre del periodismo gonzo hizo girar la mayor parte de sus historias sobre personajes salvajes, enloquecidos y destrozados por toda clase de drogas. Para muestra su obra  Miedo y asco en Las Vegas que resume muy bien el pensamiento periférico de Thompson.
“Odio ser partidario de alcohol, drogas y violencia pero es que ellos siempre han trabajado para mí”, escribió el autor.
Thompson es recordado por su amor al Wild Turkey un bourbon de Kentucky al que también profesaban devoción algunos de sus personajes. Incluso, algunos periodistas aseguraban que el autor no dejaba que lo entrevistasen si no se incluía durante la reunión una botella de Wild Turkey. Si quieres conocer mejor al autor en Hablando con letras tenemos un especial sobre su figura.

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