Hathor.

La contribución de los Hathors a Egipto fue en ese período inicial de formación del culto a la diosa Hathor. Nosotros lo llamamos un culto, pero era una corriente religiosa importante en el momento. Lo que se estaba trabajando con la ponderación de los principios masculino y femenino, pero la enseñanza interior de lo que estaban a punto fue el arquetipo del sol y la luna, el sol es el principio masculino y la luna es el principle.Silver femenino y de oro. Cuando estos dos se ponen en equilibrio dentro de nuestros cuerpos, estamos equilibrando la eléctrica (masculino) y el principio magnética (hembra). Así que hay un equilibrio de electromagnetismo. No tiene nada que ver con la sexualidad, sino que tiene que ver con las energías sutiles en el sistema nervioso.
En los templos de Hathor, las sacerdotisas entraron en un estado de trance y comunicarse a través de ensueño con la diosa Hathor, que en nuestro lenguaje psicológico, que podríamos llamar un arquetipo femenino. Estando en comunicación con ese arquetipo los pondría en comunicación con los Hathors. Los Hathors podrían instruir y enseñar a las sacerdotisas. Había escuelas de misterios, donde inicia, de aceptarse, podría estudiar estas técnicas y el trabajo hacia su propia maestría.
Las entidades de la raza Hathor fueron los que, al igual que los de Ra, en contacto con diferentes culturas del planeta de la historia de este, sobre todo los de la cultura egipcia, y este contacto no fue sólo un periodo o momento de su pasado, pero ha sido la de carácter continuo. Algunos aspectos de este contacto se hizo más notable o extendida de lo que los demás. Estas entidades fueron de gran ayuda en la siembra de las semillas de la noción de la unidad y el infinito en la cultura egipcia que permitió a los de esta cultura que se preparó para el examen de la Ley del Uno. Así, las entidades de la raza Hathor trabajado en conjunto con los de Ra, a fin de permitir una ampliación de los conceptos en los reinos espirituales o filosóficas de la cultura egipcia a fin de que no había visto que no sólo muchos dioses o fuerzas poderosas en el trabajo en el universo de estas entidades, pero que no fue realmente un creador del que todo surgió. Este fue un concepto revolucionario, por así decirlo, para los de la cultura egipcia.