1984

<<[...] Si todos los seres humanos disfrutaran en la misma medida del lujo y el ocio, la gran masa a quien la pobreza imbeciliza, comenzaría a entender muchas cosas logrando pensar por sí mismos, y al reflexionar comprenderían más pronto o más tarde que la minoría privilegiada carecía de derechos fundados para imponer leyes a los demás y la eliminaría.
Una sociedad jerárquica solo es posible generando pobreza e ignorancia. Volver al bucólico pasado agrícola como proponían algunos pensadores de principios de este siglo, no era una solución, pues remaría contra la inevitable tendencia a la mecanización y además, cualquier país que permaneciera atrasado industrialmente, sería frágil en el aspecto militar y cedería antes o después ante el embate de un enemigo bien armado.
Tampoco era buena solución mantener las masas en la pobreza frenando la producción. Esto fue llevado a la práctica entre 1920 y 1940. Muchos países permitieron que sus economías retrocedieran. No se renovaba el material necesario para la marcha de sus industrias; había grandes extensiones de tierra sin cultivar, y grupos enormes de población, sin trabajo, debían sobrevivir a costa de la caridad del Estado. Pero también esto significaba debilitarse militarmente, y además, como las privaciones que se provocaban eran innecesarias, generaba inevitablemente fuerte oposición. El problema consistía en echar a andar la capacidad de la industria sin incrementar la riqueza en el mundo. La mayor cantidad de los bienes producidos no debían ser distribuidos. En la práctica, la única manera de lograrlo era mediante una guerra permanente.
La primera e inevitable consecuencia de la guerra es la destrucción, no necesariamente de vidas humanas, sino de los productos del trabajo. La guerra esta forma extrema de destruir o hundir en el fondo del mar los materiales que en una paz perpetua serían empleados para que la masa conociera el bienestar y el tiempo libre, y gracias a ello ganaran lentamente en lucidez. Aunque las armas no se usarán para destruir, y por ende una gran parte de ellas no fuera destruida, su fabricación es un método conveniente de utilizar la fuerza de trabajo sin producir nada para el consumo. Una fortaleza flotante, por ejemplo malgasta el trabajo de varios cientos de buques de buques de carga. Al volverse anticuada y sin producir beneficio material alguno para nadie, se construye una nueva dilapidando una enorme cantidad de mano de obra. El esfuerzo de guerra está pensado para ocupar toda la fuerza de producción sobrante tras cubrir necwdidades mínimas de la población. Esta cifra misma es calculada siempre en cantidades más bajas de lo imprescindible, a modo de provocar escasez crónica de todos los artículos necesarios para la subsistencia, lo que es considerado una ventaja: responde a una táctica deliberada mantener aún a los grupos que se privilegia a un paso de la escasez, ya que un estado generalizado de escasez agiganta la importancia de tales privilegios, haciendo que la diferencia entre un grupo y otro, sea aún más notoria>>.
GEORGE ORWELL

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