YO, IMPERTURBABLE.



Yo, imperturbable, plantado en la Naturaleza, a mis anchas, señor de todo o señora de todo, sin perder el aplomo en esta urbamulta, de cosas irracionales, imbuido como ellas, pasivo, receptivo, silencioso como ellas, descubriendo que mis ocupaciones, mi pobreza, mi notoriedad, mis flaquezas, mis crímenes, son menos importantes de lo que creía; yo, frente al mar de México, o en Mannahatta o Tennesse, o, lejos al norte, o tierra adentro, hombre ribereño, o de los bosques, o de cualquier forma de vida campesina en estos Estados, o costero, lacustre, o de Canadá; yo, dondequiera que viva mi vida, impasible, ante las contingencias, enfrentándome a la noche, a las tormentas, al hambre, al ridículo, a los accidentes, a los desaires, como hacen los árboles y los animales.

De la antología "Yo soy el Poema de la Tierra"


 Walt Whitman

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