Cómo detectar el maltrato psicológico en la pareja


Cómo detectar el maltrato psicológico en la pareja
El maltrato psicológico es una conducta perversa y destructiva que ejerce un miembro de la pareja sobre el otro, de mayor vulnerabilidad. Las conductas de maltrato psicológico se producen en relaciones asimétricas, en las que uno se sitúa por encima del otro dominándolo, y éste otro progresivamente pierde su sentido de libertad.

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1 ¿Cómo se comporta un maltratador?
2 Consecuencias del maltrato psicológico en la víctima
2.1 ¿Cómo se identifica una víctima de maltrato psicológico?
2.2 ¿Qué provoca una situación de maltrato psicológico prolongado?
3 Qué puede hacer el entorno para ayudar a la persona maltratada
3.1 Escuchar a la víctima
3.2 Hablar desde la empatía
3.3 Hablar claro
3.4 Ofrecerle los agentes que pueden ayudarla a salir de esta situación
3.5 Mantenerse al lado de la víctima
¿Cómo se comporta un maltratador?
El maltrato psicológico se gesta en una primera fase de la relación, en la que se instaura gradualmente, a través de un proceso de seducción. En esta primera fase, se desestabiliza a la víctima, que pierde progresivamente la confianza en sí misma. Esto puede deberse a una falta de claridad en los roles de la pareja, ya sea porque se ocultan cosas o porque la comunicación no es fluida entre las partes.

El que maltrata seduce a su pareja para atraerla, a la vez que indirectamente opera de forma manipuladora, para influirle cada vez más, y así conseguir que su pareja decida o se comporte de modo diferente a como lo haría espontáneamente. Así, se hace creer al otro que es libre, se le impide tomar conciencia de la realidad del acoso, ya que se trata de un proceso insidioso y gradual, en el que la realidad queda confusa debido a la manipulación ejercida y el proceso de seducción.

La víctima va perdiendo el sentido crítico y la capacidad de defenderse, se mantiene en un modo dependiente, mostrando su seguimiento hacia la pareja maltratadora, que ejerce un dominio destructivo.

En un primer momento de la fase de dominación, la víctima obedece para contentar a su compañero, posteriormente lo hace porque tiene miedo. ¿Y si es psicópata? Se deben tener los pies en el suelo para que las cosas no vayan a mayores, ya que de lo contrario puede ser demasiado tarde y lamentar daños personales.



En el acoso psicológico se deforma la comunicación con objeto de utilizar al otro. Esta deformación de la comunicación es necesaria para mantener confundida a la persona que padece la situación de maltrato.

La comunicación no es directa: el que maltrata no utiliza un lenguaje claro y directo. Es sinuoso e indirecto. No responde ante preguntas o lo hace con gestos reprobadores, rechaza el diálogo, niega la existencia de conflicto.
Deformación del lenguaje: el mensaje de sus frases puede ser vago e impreciso, generando confusión. Puede sostener discursos contradictorios, no terminar las frases por lo que las interpretaciones pueden ser varias, dar mensajes insidiosos que después niega…
En sus conductas agresivas, el tono del lenguaje puede ser normal, no alterado. Utiliza un lenguaje abstracto o dogmático, en el que el interlocutor se desorienta.
Mensajes incompletos y paradójicos. Las cosas se dicen sin decirlas, se le ataca en forma de “broma”, se le dice una cosa a nivel verbal y en el no verbal se expresa lo contrario. Se niegan las interpretaciones de la víctima.
Utilización del sarcasmo, la burla y el desprecio. El agredido percibe la hostilidad pero no está seguro si la cosa va en serio o es una broma. El agresor descalifica, en un principio de forma soterrada, y posteriormente ya lo hace directamente.
Dejar de dirigirle la palabra al otro, ridiculizarlo u ofenderlo ante otros.
Privación de la expresión libre del otro: por ejemplo, a través del cuestionamiento y el enjuiciamiento con respecto las expresiones de la víctima.
Alusiones negativas con respecto a los allegados de la víctima para así enfrentarlos entre ellos.
Imposición de autoridad con discurso totalitario.
Consecuencias del maltrato psicológico en la víctima
La víctima, se ve incapaz de defenderse y de salir del problema. En una primera fase del maltrato se resiste, pero con el tiempo acaba cediendo ante el agresor. Intenta encontrar explicaciones lógicas a lo que sucede, busca el diálogo con el agresor para encontrar soluciones. Sin embargo, el diálogo no es posible, ya que el maltratador no está dispuesto a ello. Entonces, la víctima procura adaptarse a las demandas del perseguidor, para evitar conflicto y satisfacerlo. Se siente confundida por la dualidad que ejerce el agresor hacia ella y por su modo sinuoso de actuar.

¿Cómo se identifica una víctima de maltrato psicológico?
Cuestiona su propia forma de ser, sus actitudes y comportamientos
Excusa y exculpa a su maltratador, a la vez que se culpa a sí misma
Duda de ella misma y de sus acciones
Presenta sentimiento de inferioridad y dependencia emocional
¿Qué provoca una situación de maltrato psicológico prolongado?
Estrés y tensión: sensaciones de opresión, ahogo y fatiga, palpitaciones, trastornos del sueño, nerviosismo, irritabilidad, dolores de cabeza, trastornos digestivos, ansiedad…
Miedo ante los encuentros y las reacciones de la pareja maltratadora.
Depresión: tras una larga serie de intentos y fracasos para solucionar la situación, la víctima se desmoraliza y se siente incapaz de defenderse. Cae en un estado de desánimo y tristeza.
Qué puede hacer el entorno para ayudar a la persona maltratada
Reñir a la víctima por sus dificultades para salir de la situación de maltrato no ayuda en nada, solo empeora las cosas. Esta conducta hará que la persona se aleje y se aísle más. La ayuda consiste en:

Escuchar a la víctima
Permitir que se exprese libremente, escuchando lo que necesita explicarnos. Es importante hacer una escucha activa, en el sentido de no establecer juicios que puedan alejar a la persona de nosotros, su ayuda.

Hablar desde la empatía
Oír como la víctima se culpa a sí misma y excusa al maltratador puede generar sentimientos de frustración e ira en la persona que está tratando de ayudar, por lo que muchas veces acaba riñendo a la víctima. Una escucha empática significa ponerse en el lugar de la persona que se está abriendo ante nosotros, por lo que es importante que lo que digamos lo hagamos desde el apoyo, el cuidado  y la comprensión.

Hablar claro
Decir aquello que vemos y sentimos, mostrar nuestra preocupación. Hablar sin sutilezas ni tabúes. Facilitarle información y documentación sobre este tema, ayuda a la víctima a cuestionar la situación que vive.

Ofrecerle los agentes que pueden ayudarla a salir de esta situación
Teléfonos de atención a la víctima, contacto de un psicólogo, grupos de personas que han sufrido o sufren de maltrato psicológico dentro de la pareja, abogados…

Mantenerse al lado de la víctima
En el proceso de maltrato, la víctima se va deprimiendo cada vez más a la vez que se aleja de los suyos. Así, muy probablemente nos pondrá excusas para quedar, para hablar por teléfono… limitando o cortando la comunicación con nosotros. Es importante mantenernos allí, a su lado. Si es necesario, acudiendo nosotros a la policía, a informarnos con un asistente social, abogado y/o profesional de la salud psicológica.

La mejor manera de evitar todas estas situaciones tan lamentables es crear un entorno sano, donde ambas partes se encuentren a gusto con la manera de llevar la relación. De nuevo, volvemos a una de las bases: la comunicación de la pareja. Si pretenden solucionarse los problemas ignorándolos, la bola se puede hacer más grande y quizá sea demasiado tarde cuando se quieran erradicar. Para evitar comportamientos tóxicos, se recomienda acudir a terapia si las partes no son capaces de ponerse de acuerdo por sí mismos. A veces, una tercera persona puede ayudar a ver con mayor objetividad los conflictos, independientemente de cómo sea la relación en el día a día.

En esas circunstancias, contratar los servicios de una psicóloga es una apuesta segura, ya que puede ayudar a poner remedio a una situación insostenible. Lo más importante es detectar la situación antes de que pase a mayores, o de lo contrario puede ser demasiado tarde, como ya vemos en numerosos casos de maltrato .

Para finalizar, acompaño el artículo con un cortometraje de Miguel A. Furnier, que con “Desenfocada” muestra una escena cotidiana de una pareja, que refleja el proceso de maltrato, desde la sutileza a la evidencia silenciada.

Vía:www.drromeu.net

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