La mal llamada "gripe española"

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La cuarentena evitó en las Islas la mortalidad de la pandemia que asoló el mundo en 1918 y 1919
José Domingo Méndez 15.03.2020

Policías con mascarillas durante la llamada gripe española. EL DÍA
La mal llamada gripe española mató entre 40 y 100 millones de personas en todo el mundo hace 102 años. Se desarrolló con toda su virulencia entre 1918 y 1919, justo al final de la I Guerra Mundial, en la que solo murieron nueve millones de seres humanos. Las cifras permiten comparar y entender la importancia de la pandemia. Canarias se salvó por su aislamiento y, como consecuencia, por las cuarentenas impuestas a todo lo que entrara desde fuera, personas o mercancías. El tráfico marítimo fue restringido y por eso la gripe llegó con retraso a las islas, donde las condiciones climatológicas atenuaron posteriormente sus efectos. La epidemia no tuvo de española más que el nombre, Pasó así a la historia porque, al ser un país neutral y no estar sometido a la censura de guerra, la prensa nacional de la época la trató con mayor trascendencia que la del resto de Europa y del mundo.

Canarias y también Baleares se mantuvieron al margen de la primera oleada de la gripe, entre mayo y junio de 1918, por la enorme reducción de los flujos marítimos asociada al cierre de los mercados europeos y a la amenaza de los submarinos alemanes.

El segundo repunte de la epidemia, mucho más virulento, llegó entre agosto y diciembre. Mientras hubo provincias con tasas de mortalidad de 127 por cada 10.000 habitantes en Canarias -provincia única hasta 1927- no pasaron de 5,4.

En esta segunda fase, el Archipiélago balear ya tuvo una mortandad similar a la de la Península mientras el canario mantuvo sus índices muy bajos.

Los expertos lanzan la hipótesis de que el motivo fueron "las condiciones meteorológicas determinadas y las características de la población isleña". Ambos factores, apuntan todas las teorías, "limitaron la transmisión y la gravedad del virus pandémico".

Debió llamarse americana
En realidad la gripe debió tener el apellido de americana pues surgió en suelo estadounidense, según las fuentes a consecuencia de las condiciones de hacinamiento de algunos campamentos militares. Luego, sus tropas en la Gran Guerra la trasladaron al continente europeo. Para evitar su propagación, además de fármacos y medicamentos, fueron claves la promoción de una buena higiene personal, el aislamiento de los afectados, la cuarentena y el cierre de lugares públicos. Si bien estos métodos ayudaron a contener la enfermedad en algunos casos, los costos sociales y económicos fueron muy elevados. Mucho menos en proporción en Canarias.

Alfonso Ferrer, investigador, hace referencia en su blog a episodios que demuestran como los puertos, un factor clave en la dispersión del virus, fueron estrictamente controlados. Igual que los cuarteles. Canarias tenía una experiencia histórica, y la aplicó con la gripe española, en frenar las epidemias con el más eficaz y a veces único sistema posible: las cuarentenas.
Vía: eldía. es

Y ASÍ LA LLAMARON…
Los periódicos españoles fueron los primeros en informar sobre una enfermedad que estaba matando a la población. En el resto de Europa, y a ambos lados de las líneas aliadas, censuraron toda información para no desmoralizar a las tropas ni mostrar debilidad ante el enemigo. Con lo cual, sólo se convirtió en noticia en los países neutrales. En un primer momento los medios de España intentaron también darle nombre extranjero bautizándola como ‘El soldado de Nápoles’ o ‘La enfermedad de moda’. Tras informar el corresponsal del The Times en Madrid, el termino de ‘La Gripe Española’ se extendería por el resto del mundo a partir del verano de 1918

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