Haría humo tu dolor.
Sólo mirarte, saltan mil destellos de la fantasía.
Enredadera por las paredes de tu alma,
Con mi oído puesto en cada latido de tu corazón
Mago en el eco de mi sonrisa
Sueño grabado en mi retina
Reflejo de color en el iris
Caricia en mi mirada, eso eres
Quisiera que mis labios,
al rozar tu agonía,
la poseyeran hasta hacerla desaparecer de ti.
Quisiera ser antídoto
que te devolviera el amor por la vida
aunque después tuviera que evaporarme.
Quisiera ser la llama que hace ceniza tu pena,
Si mis besos fueran corrosivos para el dolor,
te llenaría de ellos.
Soy tu sonrisa,
reflejo de tus caricias.
Ahogaría con mis lágrimas
los rescoldos de tu infierno
Perdería mil batallas,
si en cada una,
cayera uno de tus fantasmas.
Siempre estarás allí, en las estrellas,
donde los sueños que no me pertenecen,
que no puedo hacer míos;
pero al menos, quiero poder siempre ser
un pequeño reflejo de tu luz.
Eres mi quimera,
como un peluche entre los brazos de mi fantasía.
Así, en ese reino, te abrazo,
te consuelo, te hago mío sin estorbarte.
Ilustración: Aykut Aydogdu
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