CUANDO LOS MENAS ERAN NIÑOS Y NIÑAS ESPAÑOLES


Los niños de la guerra, los ‘menas ’ de entonces. Un artículo para recordar que hay luchas con raíces muy profundas... Un artículo de Pilar Molina García.

En medio de una España rota y dividida, urgía poner a salvo la vida de los niños. Los menas republicanos (MENA: Menores Extranjeros No Acompañados) fueron niños y niñas que formaron parte de un escenario donde la clausura de diferentes caminos concibió la ausencia de libertad.

Tal vez mi interés por la época me lleve a escribir la crónica de los que nombraron perdedores. Ellos tendrían que haber heredado la tierra y la vida de sus progenitores y, sin embargo, los empujaron lejos de sus hogares, de sus familias, de sus escuelas, de sus amigos…

Me contó que salió un bando de la República para sacar a niños de España y evitarles una muerte segura, sobre todo en Madrid, que estaba siendo tan castigada. Mi padre estaba en el frente y mi madre no podía con los seis hijos. Se quedó con la pequeña de tres años y nos embarcó a los demás.

Amparo Batanero, niña española exiliada en México

Niños y niñas españoles en Dinamarca

Los Niños de la Guerra, los menas de entonces
Las primeras evacuaciones de niños y niñas de la clase obrera se produjeron entre 1934 y 1935. A cientos de pequeños les tocó salir de sus casas a causa de la llamada Revolución de Octubre del 34. Desde Asturias los llevaron a Madrid, Zaragoza, Barcelona y Valencia. La mayoría eran hijos de mineros y agricultores. Nadie se imaginó que en un par de años, los menas serían de nuevo alejados de sus casas para así, intentar ponerlos a salvo de los bombardeos y del hambre.

Nos salvaron de la guerra, pero nos perdieron para siempre.

Testimonio anónimo

En 1936 estalla la Guerra Civil en España.

La población infantil sufrió las consecuencias directas de la guerra: privaciones alimenticias, sanitarias y educativas.

Hemos recogido pequeñuelos que nunca se habían acostado en una cama, ni aun en un colchón, y poco menos que llorando nos pedían volver más a su choza con sus padres. Esto no podía continuar en España […]. Y ha terminado porque las mujeres queremos que termine. Es necesario organizar rápidamente refugios para estos niños, hijos y hermanos de nuestros milicianos; refugios donde tengan cubiertas sus necesidades y donde queden alejados de la corrupción callejera […]. He estado en el frente y he hablado con nuestros milicianos. No tienen más que una preocupación: el estado en que quedan los suyos. Quitémosle esa preocupación […]..

Victoria Kent impulsó numerosas evacuaciones infantiles

Los menas españoles, hijos de la República, fueron evacuados al extranjero.

Francia, México, Argentina, Bélgica, Inglaterra y la Unión Soviética fueron los principales países que los acogieron. Muchos comparamos aquellos tiempos con lo que tristemente sucede hoy en día.



La voz de los vencidos clama hoy nuestra atención puesto que su historia forma parte de episodios cargados de sombras. Aquellos niños y niñas tuvieron que recorrer miles de kilómetros para salvar la vida. Ellos también fueron extranjeros en otra tierra. Una gran mayoría pasaron la frontera a pie, en pleno invierno, soportando la nieve, la lluvia y el viento.

La voz de los vencidos clama hoy nuestra atención puesto que su historia forma parte de episodios cargados de sombras. #NiñosDeLaGuerra #menas. @pilar_moligarCLIC PARA TUITEAR
Se llegaron a pagar hasta 4.000 pesetas por billete (una fortuna para la época). Primero, pasaban días escondidos en casas particulares hasta que se consideraba que no había peligro, para después, ayudarles a escapar. Cuando su transporte era en barco, nuestros niños y niñas menas pasaban días encerrados en la bodega. Vomitaban unos sobre otros, hacían sus necesidades delante de los demás. Se infectaban de piojos y por si eso fuera poco, el salitre del mar desgastaba su ropa dejándolos a merced de la humedad y el frío.

El éxodo de los menas españoles
Pero centrémonos en primer lugar en la Unión Soviética. A los pocos días de estallar la guerra de España, se recogieron 47 millones de rublos para ayudar al bando republicano. Esta temprana prueba de solidaridad pronto se extendió por todo el país. Enviaron mercantes cargados con víveres, ropa, medicamentos y material sanitario en su mayoría costeado por obreros. Más tarde, se dispensaría a nuestros niños y niñas menas una fraternal acogida por parte del pueblo llano. La mayoría procedía del País Vasco —en junio de 1937, 1.500 niños vascos fueron evacuados a la URSS desde Santurzi—, Asturias y Cantabria. Según fuentes de la Cruz Roja Rusa y la Fundación Francisco Largo Caballero, también embarcaron niños que procedían de Madrid, Valencia y Barcelona en el periodo comprendido entre 1937 y 1939.

A los pequeños exiliados en la URRSS se les llamó Los Niños de Rusia.

En un principio fueron bien recibidos por parte de las autoridades y se les integró en el modelo educativo soviético, como la futura élite de una república socialista española. El final de la Guerra Civil en España y la invasión de la URRSS por parte de las tropas nazis cambiaría trágicamente el destino de muchos de estos niños.

Hablemos de Francia. En noviembre de 1936, el gobierno francés firmó el pacto de no-intervención, creando Le Comité d’Accueil aux Enfants d’Espagne. Este organismo se encargó de atender a los niños desde su lugar de origen hasta el lugar de destino, una vez estaban con la familia de acogida. Tras los bombardeos de Gernika y Durango en la primavera de 1937, el Gobierno Vasco había realizado un llamamiento internacional a los países neutrales o favorables a la causa republicana. Francia fue uno de los países que más críos acogió, en concreto 17.487. La primera expedición a este país fue organizada por el Gobierno Vasco en colaboración con el Gobierno de la República: 450 niños y niñas vascos fueron alojados en la colonia Casa Dichosa, ubicada en Oléron, el resto fueron destinados a hoteles y conventos.

La mayoría de los niños de la guerra que fueron evacuados a Inglaterra, Suiza y Dinamarca serían reclamados muy pronto por sus familiares y repatriados antes de que finalizara de la guerra o inmediatamente después.

A Suiza llegaron 400 niños vascos en septiembre de 1937, y los distribuyeron entre familias católicas de Ginebra, Lucerna y Friburgo. Un segundo grupo de 390 menas fue acogido a finales de 1939 por el Comité de Ayuda a los Niños Españoles.

Dinamarca acogió a 120 niños en agosto de 1937 procedentes del norte de España. Divididos en dos grupos se destinaron a diferentes colonias cerca de Copenhague.

A bordo del barco Habana viajaron 4.435 niños vascos hacia Inglaterra, acompañados por maestros, personal auxiliar, 15 sacerdotes y 2 médicos. Una vez pasaron las correspondientes revisiones se destinaron al campamento North Stoneham en Eastleigh, cuyos terrenos serían cedidos por un habitante de la zona. Cientos de voluntarios trabajaron sin descanso para que estuviera listo cuando los niños llegaran.

El vapor Habana en el puerto de Santurtzi

A bordo del barco Habana viajaron más de 4.000 niños vascos hacia Inglaterra. Los #NiñosDeLaGuerra, los #menas de entonces. @pilar_moligar.CLIC PARA TUITEAR
El regreso
Hemos de recordar que las acogidas se consideraban de carácter provisional y muchas de aquellas criaturas fueron repatriadas antes incluso de que acabara la contienda. No podemos negar que la Guerra Civil española ha pasado a la historia como el preludio de la II Guerra Mundial. Afectó a toda la población del país, por sufrir bombardeos o la represión directa. Los menas fueron los grandes olvidados, víctimas irremisiblemente ligadas a las desgracias del exilio.

A su regreso a España, encontraron un país muy diferente al que habían dejando al marcharse. Arrastraron durante gran parte de su vida el estigma de ser hijos de rojos, sufriendo toda clase de discriminaciones y rechazos por ello. A esto se unió el desamparo al que se vieron sometidos ya que muchos perdieron a sus padres durante la guerra.



Después de estas líneas cargadas de historia y amparo, el éxodo interior de pequeños corazones y pechos difuntos da vida hoy a tantos y tantos testimonios.

He aquí mi sentido recuerdo por aquellos que todavía hoy siguen luchando de una u otra forma para recuperar la dignidad humana. Niños y niñas menas. Niños y niñas de cualquier lugar, época o nación. Somos muchos los que mantenemos nuestros brazos abiertos. Continuemos luchando por un mundo donde las fronteras, los muros y la incomprensión no tengan cabida.

Continuemos luchando por un mundo donde las fronteras, los muros y la incomprensión no tengan cabida. #menas #NiñosDeLaGuerra @pilar_moligar.

Un artículo de Pilar Molina
www.moonmagazine.info/

A LA NANA Y LA HIERBABUENA



                                                                  Ay mi niña morenita, no te asustes con mi pena,

                                                                 que las lágrimas que corren riegan la hierbabuena,

                                                                duerme mi niña duerme…

La voz dormida

Llegarán los arroyos con sus palomas ebrias,
el curioso destino o la fortuna
de pronunciarle en la suavidad de la palabra.

Tenía el rostro claro,
una mezcla de sueño y púrpura
que, a la hora más inquieta,
tuvo el don de aceptar el valor de la misericordia.

Encendida la rosa cual pétalo viviente
en una tarde triste del más triste de los días.

Qué pureza, qué fácil se extiende el olor de nuestra infancia.

Y entonces,
rendida aquí, adorándote, canto llena de besos
el afán de soñar que sí volamos, despacio, hacia lo alto.



Pilar Molina

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