¿Por qué nos sentimos más felices en verano?

Dependiendo del lugar donde te encuentres en este momento está a punto de comenzar la estación más fría o asomando la más cálida. Sin embargo, el sitio donde vive uno no hace la diferencia: es difícil no amar el verano. Ya sea porque hay más luz disponible para disfrutar, sea porque coincide con las vacaciones o porque las temperaturas son más altas, es común que uno se sienta más a gusto consigo mismo y con el entorno: todo parece brillar.

Ahora, ¿existen razones científicas que avalen este fenómeno? ¿Por qué nos sentimos de esta forma particular en los meses de calor? Descubre las sorprendentes respuestas a continuación.

1. El sol produce efectos positivos en el cerebro
Por si no has oído hablar de la vitamina D, sabe que es la responsable de sostener y apoyar cientos de funciones en el organismo que impactan directamente en el sistema inmune, en el estado de ánimo y el cerebro.
Cada célula del cuerpo precisa vitamina D para funcionar correctamente. Una de las maneras más simples y rápidas de absorber este nutriente es mediante la exposición a la luz solar y el verano es el tiempo ideal para obtenerla.

2. Se modifican los genes
Un estudio publicado en la revista Nature Communications demostró que el 25% del ADN cambia con las estaciones. Pues resulta que durante los meses de invierno los genes cambian para prepararse en caso de que aparezcan virus que puedan afectar el organismo.

Sin embargo, durante el verano los genes se expresan diferente, en particular aquellos que se encargan de equilibrar los niveles de azúcar en sangre: disminuyen las probabilidades de un exceso de comida y ayudan a eliminar la grasa adquirida durante los meses fríos. Sorprendente, ¿verdad?
3. Más tiempo en la naturaleza
Pasar tiempo en contacto con la Madre naturaleza (al menos unos minutos al día) produceefectos magníficos a nivel cerebral y en todo el organismo. Desde aumentar la concentración y mejorar el estado de ánimo hasta disminuir la inflamación y facilitar el ejercicio, la naturaleza se encarga de allanarnos el camino. Y no hay dudas de que durante la época estival se disfruta más de los espacios verdes tanto en las grandes ciudades como en un pueblo alejado.
4. Se ingiere más frutas y verduras
En un día de 30° C difícilmente uno tenga deseo de comer un plato abundante de guiso con carne o de pasta con salsas pesadas. En el verano, se tiende en cambio a consumir más frutas y verduras frescas, lo que repercute de manera directa en el bienestar físico y mental.
5. Se duerme mejor
Cuando el cuerpo recibe la luz solar mediante el contacto con las pupilas, se envía de inmediato un mensaje a la glándula pineal para que se detenga la producción de melatonina (la hormona que facilita el sueño). A medida que el sol va bajando, el organismo se va preparando para una noche de descanso profundo ya que los niveles de melatonina se elevan.
Durante los días de invierno y frío, el cuerpo no recibe una cantidad suficiente de luz solar. El mecanismo de esta hormona se ve entonces obstaculizado y tiende a disminuir su producción durante la noche, lo que afecta el sueño. Por esta razón es probable que durante el verano te sientas más relajado durante las noches, tengas más deseos de dormir y puedas lograrun sueño profundo y reparador.
6. La luz solar disminuye la depresión
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El síndrome afectivo estacional suele presentarse durante la época de bajas temperaturas en la que los días son más grises y las personas tienden a quedarse más encerradas en casa. Los síntomas de esta forma de depresión suelen desaparecer cuando llega la primavera, momento en el que la energía y el estado de ánimo se estabilizan.
Una de las causas de este retorno del equilibrio tiene que ver con el hecho de que en los meses de verano el cuerpo está más expuesto a la luz solar y el cerebro produce además una mayor cantidad de serotonina (el neurotransmisor asociado con la felicidad).

7. Se fortalece el sistema inmune
La exposición a la luz solar también regulariza el sistema inmunológico y ayuda a tratar las enfermedades autoinmunes como la psoriasis. Es más, gracias a la luz solar es común el aumento de la cantidad de glóbulos blancos fundamentales a la hora de defender el organismo ante infecciones y enfermedades varias.

La luz solar, las temperaturas cálidas y el mayor contacto con la naturaleza son todos factores que influyen en nuestros niveles de energía y en nuestro estado de ánimo durante los meses de verano. Pues ahora ya sabes las razones por las cuales nos sentimos tan bien durante la época estival. Cuéntanos, ¿tú también adoras el verano?

Agustina López vía VIX
                                          (Joaquín Sorolla, Cosiendo la vela, 1896 (detalle))

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