El origen de las corbatas.
En la actualidad, la corbata es una prenda de vestir que destaca por su elegancia a quien la lleva. Hecha de materiales y formas muy variadas, incluso las hay de oro y diamantes. Así, la corbata más cara del mundo cuesta la friolera de 189.190 euros, hecha con seda pura, 150 gramos de oro y 217 diamantes, pero tranquilos, podemos comprar otras mucho más baratas para ir al trabajo o para un evento especial.
Sus precedentes
Encontramos su origen en el siglo XVII, pero mucho más atrás en el tiempo hay muestras de ellas. En la Columna de Trajano de Roma aparece la imagen en relieve de un soldado romano del siglo II a. C. con un pañuelo anudado al cuello, y es que algunos legionarios utilizaban el conocido como focaleo o sudarium, una especie de bufanda que les protegía el cuello al aislar la piel del roce de la armadura y el casco. En la antigua Roma también utilizaban un pañuelo similar las mujeres de elevada clase social y los oradores, que así protegían sus cuerdas vocales para no quedarse afónicos en sus discursos.
También los antiguos griegos tenían una prenda similar y así vemos en una estatua griega de la diosa Isis, que sostiene un sistro y luce sobre el pecho una especie de tira con un botón labrado en su centro, considerado como el pasador de una corbata, y en el antiguo Egipto, donde algunos se anudaban alrededor del cuello una soga tejida en forma de triángulo.
Su nombre y su difusión
Del italiano, Corvatta o cravattra, que a su vez deriva de “croata”.
Las mujeres croatas despedían a sus enamorados cuando estos partían a la guerra y les ataban un pañuelo rojo alrededor del cuello en señal de fidelidad. Los oficiales croatas que batallaron junto al Imperio Austro húngaro en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) se presentaron delante del rey de Francia Luis XIV para ofrecer sus servicios. Vestidos con su traje tradicional llevaban un pedazo de tela blanca conocido como hrvastka, que en croata significa “Croacia”. Anudado en forma de rosa, colgaban las extremidades de la tela sobre el pecho. Le gustó tanto al rey francés, que lo incorporaría en su ejército personal y desde entonces pasaría a conocerse como la Royal Cravette.
Durante la Revolución Francesa las clases sociales altas lo incorporarían en sus atuendos, una moda que resultaba ser muy cara al tener que pagar mucho más que el salario medio de una persona acomodada. Por aquél entonces también adquirió valor político, y los revolucionarios llevaban una corbata negra, mientras que los contrarrevolucionarios, blanca. La adaptarían con el nombre de cravate difundiéndola por todo el mundo, incluso en el continente americano, donde se conocerá como bandanna, consistiendo esta en un pañuelo estampado anudado con un lazo.
Muchos recordaréis a Beethoven luciendo una enorme corbata, y en el siglo XIX, el elegante lord inglés George Bryan Brummel, introduciría el uso del almidón en sus enormes corbatas para facilitar la tarea de anudársela, acción que necesitaba la ayuda de dos personas.
El señor Beausset, prefecto de palacio de Napoleón Bonaparte, cuenta una anécdota curiosa respecto a las corbatas del emperador. Siempre llevaba una negra con borde blanco, a excepción del 18 de junio de 1815, día recordado por todos por su derrota en la batalla de Waterloo, y en especial por él, arrepentido por cambiársela antes de entrar en acción.
La moda de llevar corbatas en los colegios y clubs ingleses viene del año 1880, en Oxford´s University Exeter College, donde las mujeres tenían la costumbre de atar las cintas de los sombreros de paja con un sencillo nudo alrededor del cuello. El 25 de junio encargarían la confección de corbatas con los colores correspondientes a los distintos clubs para diferenciarse entre ellos, propagándose con gran éxito por todo el país.
Las actuales corbatas
En el siglo XIX las corbatas podíamos encontrarlas de tres colores: blancas, negras o grises. Esto no significaba que no se emplearan otras, de hecho, las estampadas comenzaron a comercializarse en el noroeste de Inglaterra a principios de siglo por la clase media, que buscaba esa distinción de la clase alta.
Encontramos materiales muy diversos en su elaboración -la seda es el que prima más, pero las hay hasta de madera- y los actuales modelos se originan de 1924, cuando el neoyorquino Jesse Langdorf la ideó con el objetivo de utilizar menos cantidad de tela, creando el típico corte diagonal en su extremo inferior siguiendo la trayectoria del hilo y evitando que se desgastaran pronto, pues en el corte que se realizaba hasta entonces hacía que se estropearan antes. Patentó su invento y se divulgó hasta nuestros días.
También debemos tener presente que las corbatas ocultan los dichosos botones de las camisas, algo que se agradece, y que por ellas se modificaron los cuellos de las camisas.
El arte de los nudos
En la obra atribuida a Honorato de Balzac, L´Art de mettre sa cravatte, publicada en 1827, se muestra veintidós formas distintas de anudarse la corbata: medio Windsor (español), Windsor (inglés), four-in-and (americano), entre muchas otras.
Como tantos otros objetos, la corbata también tiene un día del año. Desde el año 2008 se celebra en Croacia el Día de la Corbata el 18 de octubre. También allí, concretamente en la ciudad de Pula, pudo verse en su magnífico Anfiteatro la corbata más grande del mundo, no deja de ser curiosa, ¿no?
Vía:franciscojaviertostado.com
Sus precedentes
Encontramos su origen en el siglo XVII, pero mucho más atrás en el tiempo hay muestras de ellas. En la Columna de Trajano de Roma aparece la imagen en relieve de un soldado romano del siglo II a. C. con un pañuelo anudado al cuello, y es que algunos legionarios utilizaban el conocido como focaleo o sudarium, una especie de bufanda que les protegía el cuello al aislar la piel del roce de la armadura y el casco. En la antigua Roma también utilizaban un pañuelo similar las mujeres de elevada clase social y los oradores, que así protegían sus cuerdas vocales para no quedarse afónicos en sus discursos.
También los antiguos griegos tenían una prenda similar y así vemos en una estatua griega de la diosa Isis, que sostiene un sistro y luce sobre el pecho una especie de tira con un botón labrado en su centro, considerado como el pasador de una corbata, y en el antiguo Egipto, donde algunos se anudaban alrededor del cuello una soga tejida en forma de triángulo.
Su nombre y su difusión
Del italiano, Corvatta o cravattra, que a su vez deriva de “croata”.
Las mujeres croatas despedían a sus enamorados cuando estos partían a la guerra y les ataban un pañuelo rojo alrededor del cuello en señal de fidelidad. Los oficiales croatas que batallaron junto al Imperio Austro húngaro en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) se presentaron delante del rey de Francia Luis XIV para ofrecer sus servicios. Vestidos con su traje tradicional llevaban un pedazo de tela blanca conocido como hrvastka, que en croata significa “Croacia”. Anudado en forma de rosa, colgaban las extremidades de la tela sobre el pecho. Le gustó tanto al rey francés, que lo incorporaría en su ejército personal y desde entonces pasaría a conocerse como la Royal Cravette.
Durante la Revolución Francesa las clases sociales altas lo incorporarían en sus atuendos, una moda que resultaba ser muy cara al tener que pagar mucho más que el salario medio de una persona acomodada. Por aquél entonces también adquirió valor político, y los revolucionarios llevaban una corbata negra, mientras que los contrarrevolucionarios, blanca. La adaptarían con el nombre de cravate difundiéndola por todo el mundo, incluso en el continente americano, donde se conocerá como bandanna, consistiendo esta en un pañuelo estampado anudado con un lazo.
Muchos recordaréis a Beethoven luciendo una enorme corbata, y en el siglo XIX, el elegante lord inglés George Bryan Brummel, introduciría el uso del almidón en sus enormes corbatas para facilitar la tarea de anudársela, acción que necesitaba la ayuda de dos personas.
El señor Beausset, prefecto de palacio de Napoleón Bonaparte, cuenta una anécdota curiosa respecto a las corbatas del emperador. Siempre llevaba una negra con borde blanco, a excepción del 18 de junio de 1815, día recordado por todos por su derrota en la batalla de Waterloo, y en especial por él, arrepentido por cambiársela antes de entrar en acción.
La moda de llevar corbatas en los colegios y clubs ingleses viene del año 1880, en Oxford´s University Exeter College, donde las mujeres tenían la costumbre de atar las cintas de los sombreros de paja con un sencillo nudo alrededor del cuello. El 25 de junio encargarían la confección de corbatas con los colores correspondientes a los distintos clubs para diferenciarse entre ellos, propagándose con gran éxito por todo el país.
Las actuales corbatas
En el siglo XIX las corbatas podíamos encontrarlas de tres colores: blancas, negras o grises. Esto no significaba que no se emplearan otras, de hecho, las estampadas comenzaron a comercializarse en el noroeste de Inglaterra a principios de siglo por la clase media, que buscaba esa distinción de la clase alta.
Encontramos materiales muy diversos en su elaboración -la seda es el que prima más, pero las hay hasta de madera- y los actuales modelos se originan de 1924, cuando el neoyorquino Jesse Langdorf la ideó con el objetivo de utilizar menos cantidad de tela, creando el típico corte diagonal en su extremo inferior siguiendo la trayectoria del hilo y evitando que se desgastaran pronto, pues en el corte que se realizaba hasta entonces hacía que se estropearan antes. Patentó su invento y se divulgó hasta nuestros días.
También debemos tener presente que las corbatas ocultan los dichosos botones de las camisas, algo que se agradece, y que por ellas se modificaron los cuellos de las camisas.
El arte de los nudos
En la obra atribuida a Honorato de Balzac, L´Art de mettre sa cravatte, publicada en 1827, se muestra veintidós formas distintas de anudarse la corbata: medio Windsor (español), Windsor (inglés), four-in-and (americano), entre muchas otras.
Como tantos otros objetos, la corbata también tiene un día del año. Desde el año 2008 se celebra en Croacia el Día de la Corbata el 18 de octubre. También allí, concretamente en la ciudad de Pula, pudo verse en su magnífico Anfiteatro la corbata más grande del mundo, no deja de ser curiosa, ¿no?
Vía:franciscojaviertostado.com
Comentarios
Publicar un comentario