ASRADI SIRENA DE LA MITOLOGIA NORDICA.

Las Asradi participan escasamente en la mitología nórdica, aunque la antigüedad de su nombre parece indicar que alguna vez ocuparon un rol preponderante entre los Vanes, aquellas deidades marítimas cuyo poder igualaba al de los dioses del Vallhal.
Si bien el término no expresa cabalmente su naturaleza, las Asradi pueden ser entendidas como sirenas, es decir, criaturas femeninas, acuáticas, de inusual belleza y fragilidad.
Las leyendas comentan que la piel de las Asradi es de una blancura increíblemente brillante. Sus cabellos, rígidos y delgados, parecen hechos del más fino cristal y repiten el azul intenso de los icebergs.
Semejantes características no son caprichosas.
Las Asradi habitan en las heladas aguas del Mar del Norte, y sólo suben a la superficie durante ciertas noches de cielos claros y abiertos.
La razón de estas esporádicas apariciones en la superficie no se explica por la condición taciturna de las Asradi, sino en su proverbial coquetería.
Efectivamente, se dice que, de tanto en tanto, las Asradi se bañan con la luz de la luna para platear sus cabellos.
Para muchos especialistas en la tradición nórdica las Asradi son parientes lejanas de la tenebrosa Hel, la reina del infierno de hielo.
Existen pocos registros de encuentros con estas sirenas del norte.
Las Asradi evitan escrupulosamente cualquier contacto con los seres humanos, especialmente con los hombres, a quienes temen más que a ninguna otra criatura del planeta.
Los folkloristas advierten que, al sentir la mirada de un hombre, el cuerpo de las Asradi se disuelve en la materia que lo compone, es decir, en agua, dejando al marinero indiscreto con la sensación de haber entrevisto algo flotando entre los islotes de hielo, pero nunca con la certeza.
El ciclo de vida de las Asradi está directamente relacionado con el ciclo lunar, cuya luz las nutre y ampara durante los largos siglos que llegan a vivir.
El sol, en cambio, les produce la muerte.
Algunos climatólogos aficionados a la mitología sostienen que el calentamiento global ha causado verdaderos estragos entre las Asradi, y que su cifra disminuye alarmantemente con el retroceso de los hielos boreales.

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