“Y un día sin darte cuenta te vas sintiendo mejor, no totalmente feliz, pero si más segura, menos triste y más completa; y así es como empiezas a reconstruir cada una de tu ruinas, paso a paso y cerrando heridas; y un día sin notarlo desaparecen las lágrimas, la frustración y los miedos; y así te vas dando cuenta que después de la tormenta siempre hay vida”.
J. Wailen.

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