No siempre podré ser niña.
Pero si podré cuidar y guardar todo lo que de niña aprendí, todos mis juegos, todos mis sueños, cada meta alcanzada, mis amigos, mis travesuras, un beso, un abrazo, una sonrisa. Una lágrima, una gota de lluvia, una muñeca.
Y eso es lo que me dejará mi niña interior que jamás dejaré que se pierda.
Ilustración Fred Calleri
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