La Próxima Vez los Conocerás Mejor.


¿Alguna vez te ha pasado entrar en una habitación y encontrarte con un vampiro?

No me refiero al tipo de vampiro seductor de las novelas de Anne Rice, sino a esa criatura de piel correosa y de extremidades contrahechas. De ese tipo que te gruñe como una bestia salvaje antes de saltar sobre ti. De ese tipo que nada más verlo te quedas paralizado por el terror que desprenden sus terribles ojos, imposible de escapar de ese ser agazapado en las sombras. Ya sabes, cuando tu corazón comienza a latir desbocado pero tus piernas te niegan la posibilidad de huir.

Estoy seguro de que sabes de lo qué hablo.

¿No has sentido como el tiempo se detiene cuando esa espantosa criatura cruza la habitación en la oscuridad en un simple parpadeo? ¿No has temblado de verdadero terror cuando su garra se enreda en tu cabello, agarrando tu cabeza, mientras que la otra gira tu barbilla exponiendo tu cuello? ¿No has sentido esa áspera lengua seca recorriendo tu mejilla hasta tu mandíbula, cruzando reptante tu garganta en busca de tu carótida? ¿No has notado su cálido aliento contra tu piel mientras sabias que comprobaba tu pulso, la sangre que fluye a tu cerebro? Su lengua palpitando, deseando el momento, casi paladeándolo… ¿has experimentado el mareo? Ese mar negro que te absorbe por completo… hundiéndote mientras el vampiro no solo se alimenta de tu sangre, sino también de tus recuerdos.

Bien… ¿lo has sentido, verdad?

¿No?… déjame hacerte de nuevo la pregunta.

¿Alguna vez has entrado en una habitación y has olvidado el motivo de porque habías ido?


Comentarios