El equinoccio de otoño y el templo de Kukulkán

Si miras con detenimiento nuestra imagen de hoy, verás una serpiente descendiendo del templo maya de Kukulkán, también conocido como El Castillo de Chichén Itzá, en México. No se trata de una serpiente real, sino de una imagen que aparece sólo en los equinoccios de primavera y otoño. Durante estas dos fechas, el sol forma un eje perpendicular con el ecuador y en consecuencia los días son igual de largos que las noches.

Los mayas lo sabían y por eso construyeron esta pirámide como lo hicieron, cuidando hasta el más mínimo detalle y orientándola en la dirección precisa. Se la dedicaron al dios Kukulkán, la serpiente emplumada, una deidad vinculada con el viento, el agua y la agricultura. Según la leyenda, Kukulkán visita este lugar dos veces al año coincidiendo con los dos equinoccios. Por eso, tal día como hoy se congregan aquí miles de personas para verlo descender del templo. Esa ceremonia es en realidad un juego de luces y sombras que dibujan siete triángulos isósceles en el flanco de la escalinata principal, creando la ilusión que podemos ver en la foto.
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