COMO EL YING Y EL YANG
Hanna y Aron eran como el Yin y el Yang, uno rodeado de oscuridad, pero con destello de bondad, y la otra, era luz que radiaba paz, pero en su corazón había oscuridad. Estás son dos almas destinadas a estar juntas, pero en cada reencarnación siempre había algo que los separaba.
Se cree que, en siglos pasados, ellos pertenecieron a un gremio de magia espiritual, Aron era el hijo del patriarca que regía el gremio de los caídos, en dicho lugar practicaban los rituales de posesión demoníaca, eran fieles a los ángeles que fueron desterrados del cielo.
En cambio, Hanna pertenecía al gremio de clarividentes, eran conocidos por ser desencintes de maestros espirituales que regían los dominios del mundo astral. Ella poseída los dones más poderosos de todo su clan, a pesar de que no era hija del
patriarca, por decisión del gremio, ella sería su siguiente líder.
Dos mundos totalmente distintos, pero el destino los juntó cuando tuvieron su primera batalla celestial, Hanna tenía que defender la puerta que llevaba al mundo astral, en cambio Aron tenía la orden de asesinar a la guardiana que custodiaba la puerta celestial.
Cuando se vieron , ambos se enamoraron a primera vista, y Aron salió huyendo del lugar inmediatamente, Hanna quedó impactada al verlo, pero no solo fue eso, también se sorprendió por que pudo ver el destino que les esperaba.
Aron de alguna manera convenció a su padre de no iniciar una batalla, desde entonces cada noche se veían a escondidas ya que, si sus gremios se enteraban, podía desatar una guerra por lo que prefirieron mantenerlo en secreto.
Ambos eran tan diferentes, pero se complementaban mutuamente, ellos se enamoraban cada día más, Hanna como clarividente sabía todos los riesgos, pero por miedo nunca se lo contó, desde entonces tiene ese cargo de culpa.
En una noche totalmente llena de estrellas, uno de los planetas estaba perfectamente alineado, por lo que el gremio de los caídos comenzó hacer un ritual demoníaco, todo estaba listo, un guerrero había sido elegido para ser el contenedor del demonio que sería llamado, Hanna pudo ver lo que pasaría por lo que fue de inmediato a detener el ritual, pero los guardianes y maestros de su gremio lo impidieron, ya que se enteraron de que ella tenía una relación sentimental con el enemigo.
El ritual estaba por comenzar, el planeta estaba alineado, pero en el acto, el patriarca ordena que sea su hijo el contenedor del demonio, esto como castigo por haberle mentido, y haberse enamorado de quien no debía, Aron rogó que no lo hiciera, pero su padre ya estaba decidido, lo ataron completamente, él imploraba por su vida, en ese instante cuando los rayos de la luna se juntó con el planeta, pasó algo que nadie esperaba, el caído no logró poseerlo, ya que en ese momento una luz extraña lo rodeó por completo haciendo que se transformara en un demonio.
Desde ese momento Aron se convirtió en el líder del gremio, a veces batallaba mucho con su parte demoníaca ya que no quería perder lo poco de humanidad que le quedaba. Pasó el tiempo y él intentó esperar a Hanna muchas veces en su escondite, pero ella jamás llegó. Hasta que un día apareció, pero tristemente era su espíritu. Por lo que le dijo.
¿Fuiste tú quien me convirtió en esto? ¿Cómo? ¿Porqué?
- Preguntó-
Mi querido Aron,está fue la única manera que encontré para pedirte perdón por no haberte dicho lo que pasaría, no te diré como lo hice, pero si te diré porque lo hice… deseo que demuestres que no todo es oscuridad, que siempre habrá algo de luz al final del camino --
Recuerda esto... En ti se encuentra mi luz, y yo tendré parte de tu oscuridad, tu serás la esencia física y yo la espiritual.
¿Ahora qué haré sin ti? –Preguntó entre llantos-
Tranquilo, no eres eterno, tu aspecto solo es pasajero, solo vivirás un poco más, pero cuando dejes este mundo, nos veremos en la próxima vida, te amaré por siempre, al fin y al cabo estamos destinados a estar juntos.
.—respondió sonriendo-
Aron se despide con un beso, un beso que sellaría un eterno amor donde él tuvo que esperar más de 100 años para poder volverla a ver en la siguiente reencarnación, aunque desde entonces todo se complicó nuevamente.
Se cree que, en siglos pasados, ellos pertenecieron a un gremio de magia espiritual, Aron era el hijo del patriarca que regía el gremio de los caídos, en dicho lugar practicaban los rituales de posesión demoníaca, eran fieles a los ángeles que fueron desterrados del cielo.
En cambio, Hanna pertenecía al gremio de clarividentes, eran conocidos por ser desencintes de maestros espirituales que regían los dominios del mundo astral. Ella poseída los dones más poderosos de todo su clan, a pesar de que no era hija del
patriarca, por decisión del gremio, ella sería su siguiente líder.
Dos mundos totalmente distintos, pero el destino los juntó cuando tuvieron su primera batalla celestial, Hanna tenía que defender la puerta que llevaba al mundo astral, en cambio Aron tenía la orden de asesinar a la guardiana que custodiaba la puerta celestial.
Cuando se vieron , ambos se enamoraron a primera vista, y Aron salió huyendo del lugar inmediatamente, Hanna quedó impactada al verlo, pero no solo fue eso, también se sorprendió por que pudo ver el destino que les esperaba.
Aron de alguna manera convenció a su padre de no iniciar una batalla, desde entonces cada noche se veían a escondidas ya que, si sus gremios se enteraban, podía desatar una guerra por lo que prefirieron mantenerlo en secreto.
Ambos eran tan diferentes, pero se complementaban mutuamente, ellos se enamoraban cada día más, Hanna como clarividente sabía todos los riesgos, pero por miedo nunca se lo contó, desde entonces tiene ese cargo de culpa.
En una noche totalmente llena de estrellas, uno de los planetas estaba perfectamente alineado, por lo que el gremio de los caídos comenzó hacer un ritual demoníaco, todo estaba listo, un guerrero había sido elegido para ser el contenedor del demonio que sería llamado, Hanna pudo ver lo que pasaría por lo que fue de inmediato a detener el ritual, pero los guardianes y maestros de su gremio lo impidieron, ya que se enteraron de que ella tenía una relación sentimental con el enemigo.
El ritual estaba por comenzar, el planeta estaba alineado, pero en el acto, el patriarca ordena que sea su hijo el contenedor del demonio, esto como castigo por haberle mentido, y haberse enamorado de quien no debía, Aron rogó que no lo hiciera, pero su padre ya estaba decidido, lo ataron completamente, él imploraba por su vida, en ese instante cuando los rayos de la luna se juntó con el planeta, pasó algo que nadie esperaba, el caído no logró poseerlo, ya que en ese momento una luz extraña lo rodeó por completo haciendo que se transformara en un demonio.
Desde ese momento Aron se convirtió en el líder del gremio, a veces batallaba mucho con su parte demoníaca ya que no quería perder lo poco de humanidad que le quedaba. Pasó el tiempo y él intentó esperar a Hanna muchas veces en su escondite, pero ella jamás llegó. Hasta que un día apareció, pero tristemente era su espíritu. Por lo que le dijo.
¿Fuiste tú quien me convirtió en esto? ¿Cómo? ¿Porqué?
- Preguntó-
Mi querido Aron,está fue la única manera que encontré para pedirte perdón por no haberte dicho lo que pasaría, no te diré como lo hice, pero si te diré porque lo hice… deseo que demuestres que no todo es oscuridad, que siempre habrá algo de luz al final del camino --
Recuerda esto... En ti se encuentra mi luz, y yo tendré parte de tu oscuridad, tu serás la esencia física y yo la espiritual.
¿Ahora qué haré sin ti? –Preguntó entre llantos-
Tranquilo, no eres eterno, tu aspecto solo es pasajero, solo vivirás un poco más, pero cuando dejes este mundo, nos veremos en la próxima vida, te amaré por siempre, al fin y al cabo estamos destinados a estar juntos.
.—respondió sonriendo-
Aron se despide con un beso, un beso que sellaría un eterno amor donde él tuvo que esperar más de 100 años para poder volverla a ver en la siguiente reencarnación, aunque desde entonces todo se complicó nuevamente.
😯😯😯😯😯😯
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