Tú no eres culpable nunca de ser la víctima de un delito.

Si tú le mandas a un chico una foto o un vídeo en el que apareces desnuda o con contenido sexual y ese chico lo difunde la responsabilidad es del chico.

Tú no eres culpable nunca de ser la víctima de un delito.

No eres culpable si tu novio te pega.

No eres culpable si un tío te viola.

No, tú no tienes la culpa.

La culpa es del que comete el delito.

Lo que pasa es que estamos acostumbrados a culpar a las mujeres de todo.

Desde morder una manzana hasta llevar la falda demasiado corta.

Nadie puede juzgarte por tus deseos ni por ser sexualmente activa.

Tú no tienes que pedir perdón por haber mantenido las relaciones sexuales que te haya dado la gana.

De la manera que hayas querido y con quien hayas querido.

No tienes que disculparte con tu actual pareja de nada de lo que hayas hecho con otras personas.

Faltaría más.

Tú no eres una fácil o una suelta y ellos unos héroes por practicar sexo.

Lo que pasa es que lo que quieren es que tú no seas libre.

Porque las mujeres libres deciden sobre sus vidas y sus cuerpos.

Y pueden decidir cuándo, cómo y con quién.

Y pueden decidir que no y no es siempre no incluso cuando al principio era sí.

Y pueden decidir no ser madres.

Y pueden decidir dejar aquellas relaciones que no las hacen brillar o crecer o que las anulan.

Lo que pasa es que hay mucha gente que tiene miedo a las mujeres libres.

A esas que no piden perdón ni permiso.

Que hacen de sus cuerpos y sus mentes.

Lugares de resistencia.

En los que nadie ni nada manda.

Salvo ellas.

Roy Galán

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