POEMAS DE UN MILICIANO.
Ni tierra, ni cal, ni piedras,
secarán esas semillas,
esas que se abren paso en el tiempo
con el olvido por tormento,
si tu memoria se apaga y no brilla.
Ni tierra, ni cal, ni piedras,
lograrán callar a tantas voces,
que nos gritan susurrando
y nos siguen reclamando,
que nuestras manos las rocen.
Ni tierra, ni cal, ni piedras,
pueden propiciar tanto olvido,
ni apagar tantas miradas
de esas almas masacradas,
por aquellos malnacidos.
Ni tierra, ni cal, ni piedras,
pueden cambiar tanto la historia,
mal contada con engaños
a lo largo de los años,
si vive en nuestra memoria.
Ni tierra, ni cal, ni piedras ...
Autoría: Manuel Perulero Castillo.
secarán esas semillas,
esas que se abren paso en el tiempo
con el olvido por tormento,
si tu memoria se apaga y no brilla.
Ni tierra, ni cal, ni piedras,
lograrán callar a tantas voces,
que nos gritan susurrando
y nos siguen reclamando,
que nuestras manos las rocen.
Ni tierra, ni cal, ni piedras,
pueden propiciar tanto olvido,
ni apagar tantas miradas
de esas almas masacradas,
por aquellos malnacidos.
Ni tierra, ni cal, ni piedras,
pueden cambiar tanto la historia,
mal contada con engaños
a lo largo de los años,
si vive en nuestra memoria.
Ni tierra, ni cal, ni piedras ...
Autoría: Manuel Perulero Castillo.
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