Padre Nuestro que estás en los cielos.


Padre Nuestro que estás en los cielos
quédate allí
y nosotros nos quedaremos en la tierra
a veces tan hermosa
con los misterios de Nueva York
y los misterios de París
que bien valen los de la Trinidad
con el pequeño canal del Ourcq
la Gran Muralla China
el río de Morlaix
los caramelos de Cambray
el océano Pacífico
y las dos fuentes de las Tullerías
con los hijos buenos y los tipos malos
con todas las maravillas del mundo
que están aquí
simplemente en la tierra
al alcance de todos
esparcidas
maravilladas ellas mismas de ser tales maravillas
y sin atreverse a confesarlo
como una bonita joven desnuda que no se atreve
a mostrarse
con las espantosas desgracias de este mundo
que son legión
con los legionarios
con los torturadores
con los amos de este mundo
los amos con sus sacerdotes sus traidores
y sus reitres
con las estaciones
con los años
con las chicas bonitas y con los viejos verdes
con la paja de la miseria pudriéndose bajo el acero
de los cañones.
Jacques Prevet


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