El juicio a Friné.


"Friné, la bella sin par, la de nívea piel y cuerpo de diosa; Friné, la hetaira más famosa de la antigua Grecia, cuya mayor belleza se ocultaba bajo sus ropajes.
Un cliente insatisfecho de los servicios de la bella (no quería pagar dichos servicios además de ser un enamorado despechado), la acusó de impiedad, de haber hecho una parodia de los misterios de la diosa Demeter. Ser acusado de impiedad llevó a Sócrates a la cicuta, así que esta acusación no era cosa de broma. El amante despechado y rácano exigía para nuestra bella la pena de muerte.
Así que nuestra Friné tuvo que comparecer ante un tribunal para defenderse de tamaña acusación. Praxíteles, al verse incapacitado con el don de la oratoria para defenderla durante el juicio, decidió que fuera Hipérides, otro de sus amantes, y uno de los mejores oradores del momento, quien la defendiera ante la asamblea.
El defensor hace gala de sus mejores recursos oratorios, expone todo tipo de argumentos jurídicos en defensa de la inocencia de la acusada, a quien presenta como víctima de la envidia; hay momentos en que incluso su voz se quiebra por la emoción de sus palabras y sus ojos se nublan de lágrimas... Pero nada, los rostros de los jueces se muestran fríos e imperturbables.
De pronto, como por inspiración divina, Hipérides toma del brazo a la acusada y la acerca al estrado de los jueces, y dando un fuerte y preciso tirón, la despoja de su túnica, quedando Friné totalmente desnuda y atónita ante sus juzgadores. Hipérides, con la fuerza de la propia convicción, invoca los derechos de la belleza para arrancar de la muerte a su defendida presentándola como la sacerdotisa de Afrodita y la imagen de la misma diosa, y formula la pregunta decisiva:
-¿Acaso pueden estar seguros los miembros de este Tribunal de que tienen autorización de los dioses para destruir una belleza semejante?
Los jueces miraron (entendemos que un buen rato, claro está) y tan maravillados y conmovidos se quedaron todos ellos ante la belleza y perfección de la mujer que el tribunal no dudó en otorgarle de nuevo la ansiada libertad".
Breve historia de la Mitología Griega (Fernando López Trujillo)
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