Haré de mi alma un cofre para tu alma, de mi corazón una morada para tu belleza, de mi pecho un sepulcro para tus dolores. Te amaré como las praderas aman la primavera, y viviré en ti la vida de una flor bajo los rayos del sol. Cantaré tu nombre mientras el valle canta el eco de las campanas; Escucharé el lenguaje de tu alma mientras la playa escucha la historia de las olas.
Kahlil Gibran
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