A menudo las ovejas quedan con sus cabezas atrapadas en zarzas y mueren tratando de desenredarse. Y hay moscas horribles que les gusta atormentar a las ovejas al poner huevos en sus fosas nasales que luego se convierten en gusanos e impulsan las ovejas a golpear sus cabezas contra las rocas, a veces hasta la muerte. Sus oídos y ojos también son susceptibles al tormento de los insectos. Entonces el pastor unge toda la cabeza de la oveja con aceite. Y así de esa forma la oveja logra tener paz.

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