Ella.

Ella no se viste para ti, ni para que tú la mires. Ella se quiere así, con escote y tacones los sábados por la noche o con pijama y moño los domingos por la tarde.
Ella no se maquilla para ti, se gusta igual cuando se mira al espejo con la sombra de ojos perfecta que cuando se mira después de haber estado llorando una hora con el rímel corrido.
Ella no es un complemento que llevar del brazo para que los demás lo vean, ella es mucho más que eso.
Es la enfermera que con paciencia y cariño da la medicación a tus abuelos, o la doctora que opera durante horas y sale con una sonrisa.
Es Ana, la limpiadora de tu oficina que permite que trabajes en condiciones.
Es Candela ,la Educadora social que ha conseguido que un niño tenga familia.
Son Maria y Julia que trabajan los domingos y se pierden todos los planes familiares o Noelia que trabaja en casa desde que nació Bruno.
Es Raquel la futura profesora de tus hijos o Sofia que ayudará a niños con problemas de motricidad.
Es Laura que dejó su vida en Madrid para trabajar en África con una ONG.
Son tus amigas, tus primas, tus tías, tus hermanas, tu abuela, tu madre.
Cada vez que vayas a hacer algún comentario o algún acto ofensivo hacia una mujer acuérdate de que estás aquí gracias a una de ellas, de nosotras y somos igual que tú, seres humanos, no nos trates como mercancía que ganar, perder o poseer.
Valorarnos, seguramente te lleves grandes alegrías queriendo, cuidando y respetando a las mujeres

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