Ranas en el pozo.
Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas que estaban en el fondo que era muy difícil salir y lo mejor era que se rindieran.
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas pero las ranas que estaban arriba seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles. “!Quédense tranquilas! ¡No van a poder!”
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían, no pudo más y se rindió. Ella se desplomó y murió pero la otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se entregara y se dispusiera a morir, ya que no tenía caso seguir luchando. Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le dijeron: “Nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de todo lo que te gritábamos”.
La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.
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