Personas lentas.






Después de eso comencé a elogiar a las personas lentas. A esas, que se detenían a disfrutar del aire. Esas, que no les importaba que al caer la lluvia pudieran mojarse. Esas, a quienes no les quemaba el sol ni pretendían taparlo con un dedo. Esos, quienes no corrían tanto y sin embargo, se sentían satisfechos.
Vía:Sofía Mendoza, Tumblr

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