Hay que ser feliz por nada.
Hay que ser feliz por nada.
Tal vez por una gota de agua o un soplo de viento.
Por una mascota que se posa en tu brazo.
O por el perfume que viene del jardín.
Hay que caminar en esta tierra con los brazos abiertos hacia algo que vendrá.
Y tener los ojos serenos para todas las incertidumbres del destino.
Hay que saber contar las estrellas,
amar todos los latidos del cielo
y siempre recordar a quien nos quiere.
Sólo así el tiempo pasará sin remordimientos y algún día podremos contar, de haber tenido tanto de la vida.
Manolo Alvarez
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