Ella.




Ella me dijo que podía olvidar a cualquier amor en cuarenta y ocho horas. Que ningún amor podría empañar sus días, más de dos días. Yo me propuse quedarme a volar en la libertad de su espalda sin pensar en finales, pero sabiendo que para ella ningún final perduraba en el tiempo. Yo me propuse no saber si dos días bastarían para que ella me olvidara, si dos noches alcanzarían para morir, o quedarme a vivir en ella.

Lucas Hugo Guerra

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