¡Vamos!

Vamos, venga.
Y no sólo de las personas, que también. Enamórate de todo.
Enamórate del mar, del suave de la arena cuando paseas con ese atardecer de fondo. Enamórate de las canciones que ponen los pelos de punta y de esas películas que no dejarías de ver nunca. Enamórate del 'buenos días' que te alegra en el peor momento. Enamórate de ese camarero que te pone el Colacao justo a la temperatura que quieres. Y de quien sabe el punto exacto donde tocarte para hacerte cosquillas. Y que te rías. Enamórate de tu casa, de tu familia y de todo lo que eso conlleva. Y de tu pareja, esa que sin darse cuenta se ha convertido en hogar. Porque siempre te apetece volver. Enamórate de los amigos, que aunque se cuenten con una mano, siempre está quien merece la pena. Enamórate de tu ciudad, y de las que visitaste y de las que te encantaría visitar. Y de cada momento, cada costumbre, cada experiencia y cada curiosidad.
Enamórate de ti y de todo lo que tenga que ver contigo.
Y no te olvides hacerlo de la vida.

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