No somos perfectos.

No somos perfectos.
A veces nos peleamos, nos queremos matar el uno al otro y discutimos por cosas sin sentido. Tenemos nuestras diferencias, él con sus manías y yo con las mías. Tenemos, incluso, gustos diferentes aun con toda la compenetración que nos caracteriza. Tenemos días en los que no nos queremos hablar durante horas porque no saldría nada bueno de ahí.
Pero aún con todo esto, aquí seguimos, juntos. Y es que no existe otra persona en el mundo que me haga sonreír como lo hace él. Ni otra persona con la que preferiría estar cada día.
Y es que sintiendo eso,
cualquier imperfección es buena.