Lluvia en tarde de domingo.



Me encanta la lluvia, un domingo levantarte y escuchar ese maravilloso momento de truenos, coches pasando los  charcos y tu  dentro de casa escuchando ese maravilloso sonido, donde el silencio a desaparecido,  me parece magnífico. Estoy con una taza de café y escribiendo algo para satisfacer ese grato momento y lo  que siento. Ahora mismo tengo ganas de salir a la calle y ponerme a correr, saltar y gritar al mundo que me encanta el otoño.

Ayer paseaba por la playa y cuando veía las hojas de los árboles caer y a otra mitad en el suelo, me parecía una imagen super bonita, hojas de colores; marrones, verdes y amarillas, mezcladas entre ellas, el día estaba gris y el viento sonaba muy fuerte, mi pelo volaba y mis ojos se llenaban de lágrimas cuando miraba algo fijamente, por la intensidad de ese maravilloso viento.

Hoy no tenía nada que contar, pero a sido escuchar la lluvia y mis dedos escriben solos, porque apenas tengo que pensar que escribir, de repente me entran escalofríos por la energía que corre por todo mi cuerpo y hoy me siento feliz, esa felicidad es circunstancial pero la voy aprovechar para deciros que ahora mismo soy feliz y que dejaré el día transcurrir para que pase lo que pase no se vaya esa energía.

No porque el día sea gris tu tienes que estar triste.

Días grises existen si tu quieren que sean.

La vida es maravillosa y siempre ves la luz donde no la hay.

El sol siempre vuelve a salir, así que tu siempre volverás a sonreír.



De la red

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