Hay situaciones en que te sacan de tu condición dichosa, las personas en quien confiabas te avasallan,
 y te sorprendes viendo como actúan en beneficio de sus propios intereses; entonces siento la necesidad de aislarme, de buscar ese espacio donde me enrosco en posición fetal y lloro. Esas lágrimas íntimas y silenciosas son un bálsamo, me recuerdan que ser feliz depende solo de mi. Y tomó nuevamente conciencia de mi respiración pausada y la observo, me detengo en los intervalos; entre los espacios qué hay entre una inhalación y otra, y me apaciguó poco a poco. La respiración consciente es mágica, es la conexión
con tu esencia, con La Paz que somos dentro de nosotros, quien es consciente de esta herramienta poderosa, se vuelve amo de sus emociones.

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